La economía plateada es aquella parte de la economía global vinculada al cambio demográfico producido por el envejecimiento de la población cuyo enfoque se centra en las necesidades y demandas de los adultos mayores.
A medida que la esperanza de vida aumenta y la proporción de personas mayores crece en todo el mundo, esta tendencia se ha convertido en un factor clave en el desarrollo económico y social de muchos países, incluyendo Colombia.
Nuestra población está envejeciendo, de acuerdo con las proyecciones del DANE se estima que en Colombia actualmente hay más de 7 millones de personas mayores de 60 años, es decir el 13,9% de la población. De ellas el 44,9% son hombres y el 55,1% son mujeres. Si damos un vistazo hacia el futuro se espera que para el 2050, la población adulta mayor sea el 30% de la población, planteando tanto desafíos como oportunidades para el país.

En términos de desafíos, Colombia debe abordar temas importantes como la seguridad social, la atención médica, la vivienda y el empleo para la población envejecida. Garantizar que los adultos mayores tengan acceso a servicios de atención médica de calidad y seguridad económica. Además, el Estado y las empresas deben adaptarse para promover la inclusión laboral de los trabajadores mayores, reconociendo su experiencia y capacidad.
Por otro lado, la economía plateada también nos ofrece numerosas oportunidades. Colombia puede desarrollar una industria de servicios enfocada en las necesidades de las personas mayores, como la atención a largo plazo, la recreación, el turismo y la tecnología asistencial. La inversión en investigación y desarrollo de productos y servicios específicos para este grupo demográfico podría impulsar el crecimiento económico y mejorar su calidad de vida.
En conclusión la economía plateada es un aspecto crucial del desarrollo económico y social de Colombia. Si se abordan adecuadamente los desafíos y se aprovechan las oportunidades que ofrece, el país puede construir un futuro más inclusivo y próspero para las personas mayores y la sociedad en su conjunto. La inversión en políticas y programas es esencial para garantizar un envejecimiento saludable y activo. Juntos, podemos aprovechar este potencial y crear un futuro distinto para esta población.